Ven Señor Jesús

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Eternidad

No te dejes llevar por la tristeza
ni dejes que te engañe la apariencia;
es preciso actuar con entereza
mientras oyes la voz de tu conciencia.

Sólo la Fe te lleva a la certeza
de lo que no demuestra la experiencia:
la muerte no es final, sino que empieza
junto al Padre la auténtica existencia.

Deja la pena y vive la alegría
que ya espera por ti el Amor divino
y amanece por siempre el nuevo día.

Mientras ibas recorriendo el camino,
desde Dios recibiste la energía
y El es hoy el lugar de tu destino.

Segovia, 25 de mayo de 2007

Autor: José García Velázquez.


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El ansia de Dios. salmo 63

1 Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá. 

2 Señor, tú eres mi Dios, 
yo te busco ardientemente; 
mi alma tiene sed de ti, 
por ti suspira mi carne 
como tierra sedienta, reseca y sin agua. 

3 Sí, yo te contemplé en el Santuario 
para ver tu poder y tu gloria. 

4 Porque tu amor vale más que la vida,
mis labios te alabarán. 

5 Así te bendeciré mientras viva 
y alzaré mis manos en tu Nombre. 

6 Mi alma quedará saciada 
como con un manjar delicioso, 
y mi boca te alabará 
con júbilo en los labios. 

7 Mientras me acuerdo de ti en mi lecho 
y en las horas de la noche medito en ti, 
8 veo que has sido mi ayuda 
y soy feliz a la sombra de tus alas. 
9 Mi alma está unida a ti, 
tu mano me sostiene. 

10 Que caigan en lo más profundo de la tierra 
los que buscan mi perdición; 
11 que sean pasados al filo de la espada 
y arrojados como presa a los chacales. 

12 Pero el rey se alegrará en el Señor; 
y los que juran por él se gloriarán, 
cuando se haga callar a los traidores.


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Si me amas -poema San Agustín

No llores si me amas …Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo…Sí pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos…Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso… Si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen… ¡Cómo!… ¡Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme. Cuando la muerte venga a romper las ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban; cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce, y tu alma venga a este cielo en el que te ha precedido la mía…

Ese día volverás a verme. Sentirás que te sigo amando, que te amé, y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas. Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz. Ya no esperando la muerte, sino avanzando conmigo, que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y vida. Enjuga tu llanto y no llores si me amas.

San Agustín- Numidia



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Aún hay tiempo

 

Mirando nuestras vidas, recordamos lo frágil que nos hemos vuelto, recordando todo aquello que nos hace daño; introvertidos, fríos y caminando en un mundo con los ojos cerrados, duros de corazón en un solo pensamiento… que puedo hacer para mi,  y mis sueños

El pequeño instante en que se transforma nuestra vida, ese pequeño suspiro que nos reanima a ver la realidad, nos llama

Caminemos por un nuevo sendero, un nuevo día para comenzar, un abrazo que nos levante a mirar al cielo, contemplando a los que amamos, tomando valor por ellos, por nosotros

Nadie puede creer que será fácil, tendremos que poner lo mejor de cada uno, cada sueño, cada llamada al cielo será necesaria hacerla más fuerte, más lejos, más cerca de la esperanza

No es el sueño de un ser humano que nos levanta, que nos alimenta el alma, no es un simple, estado de ánimo, es algo que nos hace ser lo que somos,

Podemos mirar al cielo sin miedo, podemos orar esperando confiados, podemos dar la mano a nuestros hermanos y escucharlos

Aun podemos curar nuestros corazones, aun podemos volver a ser el motivo, que lo llevo a morir por nosotros, amarnos más que a su vida,

Tenemos el derecho de luchar por nuestras vidas, por los niños que esperan en nosotros, un mundo mejor,

Empecemos por liberar nuestra vida, recordando algo tan simple que rompe cualquier roca, aquella que nos enseñaron, que escuchamos atreves de la desesperación de muchos, Dios jamás desatiende una oración, Jamás

A pesar de muchos, aun seguimos aferrados a su mano, a su amor, a pesar de lo “normal, y lo correcto”, seguimos en la esperanza de su misericordia, a pesar de que vendrán y atacaran nuestros motivos, que nos mantienen vivos, sabemos que no estamos solos, no podemos estar solos, cuando él jamás dejo de estar en nosotros, en nuestra debilidad duerme, en nuestras heridas  solicita nuestro amor

Fe y esperanza…

eliamhbarra1

 


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Un modo nuevo de ver las cosas

No es un mundo que termina, es un mundo que inicia.

Así respondía san Agustín a quienes sufrían angustiados ante la destrucción de Roma y de su imperio.
Sí: la vida nos puede reservar muchas sorpresas. Un terremoto, un golpe de sueño en la carretera, una bomba, y en pocos segundos todo ha cambiado. Quizá perdemos la casa, la salud, o muere algún familiar o amigo. Alguno desearía haber muerto, haber terminado esta etapa terrena, para no tener que afrontar todo lo que inicia tras un imprevisto. Pero seguimos vivos, y Dios nos pregunta: ¿qué vas a hacer ahora?

Dicen que la depresión es una enfermedad cada vez más fuerte en el mundo moderno. Desgracias, derrotas, abandonos, nos martillean y nos hacen verlo todo triste, oscuro. Sin embargo, deberíamos colocar el fracaso en su lugar: se ha cerrado una puerta, pero muchas otras siguen abiertas. La vida continúa.
En cada uno de nosotros se esconden energías insospechadas. Esas energías no se ponen en marcha si no hay un amor que las mueva. Una mujer o un hombre pueden llevar una vida mediocre, oscura, insatisfecha. De repente, un hijo enfermo les hace despertar, y sacan fuerzas que nadie habría imaginado. Pueden pasar horas y días en el hospital, o en casa, en jornadas agotadoras por los ejercicios de rehabilitación. El deseo de vivir y el amor les dan una energía insospechada. Y llegan a ser, de un modo misterioso, casi omnipotentes.
Otros, en cambio, son incapaces de dar un paso adelante. El dolor les paraliza, la tristeza les oprime, la herida les lleva a llorar sin esperanza. El tesoro de energías que se esconde en su espíritu está abandonado, arrumbado, quizá incluso empieza a deshacerse.

Dicen que la vida es darse, es desgastarse. Cada minuto que pasa nos “arruinamos” un poco. El mismo gastarse nos enriquece, si nos hemos “gastado bien”. No todos tenemos claro lo que debemos hacer en cada momento. Pero sí podemos, con los ojos fijos en el cielo, gritarle a Dios y pedir un poco de su luz y de su amor.
Con su compañía se hace fácil y llevadero el camino, y todo adquiere un color especial, distinto, nuevo. Nuestros ojos se hacen frescos como los de un niño que admira, por vez primera, la lluvia que forma burbujas en el suelo, mientras atrás le miran, llenos de esperanza, unos padres que quieren ser, siempre, nuevos y grandes en su amor de esposos.

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