Ven Señor Jesús

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Pacientemente esperé a Yahvé -salmo 40

“Pacientemente esperé a Yahvé, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Yahweh” (Salmo 40, 1-3).
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Instrumento de tu paz

Señor, conviérteme en tu canal de paz para que
donde haya odio, pueda llevar amor;
donde haya mal, pueda llevar el espiritu del perdón;
donde haya discordia, pueda llevar la armonia;

donde haya error, pueda llevar la verdad;
donde haya duda, pueda llevar la fe;
donde haya desesperación, pueda llevar la esperanza;
donde haya sombras, pueda llevar la luz;
donde haya tristeza, pueda llevar la alegría.

Señor, permite que desee dar consuelo más que recibirlo,
entender que ser entendido;
amar que ser amado.

Por que es olvidándose a sí mismo como uno se encuentra;
es perdonando como uno es perdonado;
es muriendo como uno despierta a la vida eterna..

San Francisco De Asís


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Hoy sembraré

Hoy sembraré una palabra buena para que haya más paz. Hoy sembraré un gesto de amistad para que haya más amor. Hoy sembraré una oración para que alguien se acerque más a Dios. Hoy sembraré un gesto de delicadeza para que haya más bondad. Hoy sembraré sinceridad para que haya más verdad. Hoy sembraré una sonrisa para que haya más felicidad.

La vida se construye con pequeñas cosas llenas de amor. ¡Podemos con tan poco hacer felices a los demás! ¡Y podemos con tan poco hacer infelices a los demás! Tú sé de los que siembran siempre el bien y nunca el mal. Nunca hagas daño y, si no puedes hacer algo por alguien, al menos, deséale lo mejor y ora por él.

Por tu parte, no te preocupes tanto del qué dirán ni del miedo al ridículo. Si no te autoestimas, serás un eterno derrotado. Si te dejas acobardar por lo que dicen de ti, nunca darás un paso adelante. Tus amigos te ensalzarán y tus enemigos te humillarán, pero tú eres el mismo, digan lo que digan los demás. Es más importante lo que tú piensas de ti mismo que lo que piensan los demás. Levanta tu ánimo. Esfuérzate por superarte y Dios te bendecirá más de lo que puedes pedir o imaginar. 
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AUTOESTIMA, AMOR Y FELICIDAD. P. ÁNGEL PEÑA BENITO O.A


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La caridad

¡Cuántos tesoros encierra la caridad! Es el alma de la Escritura, la virtud de las profecías, la salvación de los misterios, el fundamento de la ciencia, el fruto de la fe, la riqueza de los pobres, la vida de los moribundos. ¿Se puede imaginar mayor magnanimidad que la de morir por los impíos, o mayor generosidad que la de amar a los enemigos?

La caridad es la única que no se entristece por la felicidad ajena, porque no es envidiosa. Es la única que no se ensoberbece en la prosperidad, porque no es vanidosa. Es la única que no sufre el remordimiento de la mala conciencia, porque no obra irreflexivamente. La caridad permanece tranquila en los insultos; en medio del odio hace el bien; en la cólera tiene calma; en los artificios de los enemigos es inocente y sencilla, gime en las injusticias y se expansiona con la verdad.
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San Agustín – Cómo pedir a Dios


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Salmo 142 (141)

1 Poema de David. Cuando estaba en la cueva. Oración.

2 Invocaré al Señor con toda mi voz, 
con toda mi voz suplicaré al Señor; 
3 expondré mi queja ante él, 
expresaré mi angustia en su presencia.

4 Ya se me acaba el aliento, 
pero tú conoces mi camino: 
en la senda por donde voy 
me han ocultado una trampa.

5 Miro a la derecha, observo, 
y no hay nadie que se ocupe de mí; 
ya no tengo dónde refugiarme, 
nadie se interesa por mi vida.

6 Por eso clamo a ti, Señor, 
y te digo: «Tú eres mi refugio, 
mi herencia en la tierra de los vivientes».

7 Atiende a mi clamor, 
porque estoy en la miseria; 
líbrame de mis perseguidores, 
porque son más fuertes que yo.

8 Sácame de la prisión, 
y daré gracias a tu Nombre: 
porque los justos esperan 
que me concedas tu favor.

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Dos semillas están juntas en la tierra fértil.

La primera semilla dijo:   “Quiero crecer! Quiero que mis raíces lleguen muy abajo en la tierra y que mis retoños rompan la corteza que tengo arriba… Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera… Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos.”

Y entonces creció.

La segunda semilla dijo: “Tengo miedo. Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si me abro camino a través de la tierra dura que tengo encima puedo dañar mis delicados retoños… ¿Y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata de comerlos? Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque de la tierra. No, me conviene esperar hasta que sea seguro.”

Y entonces esperó.

Un ave que andaba dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró la semilla que esperaba y enseguida se la tragó.

Aquí encontramos una lección de vida que nos enseña que los que no corren riesgos no pueden crecer. Si quieres crecer tienes que tomar acción sobre tu vida empezando con un cambio de pensamiento. Y quiero invitarte a que te cuentes una historia  de amor en el día de hoy.

Imagina lo bueno que Dios tiene para ti, comienza a verte alcanzando esos planes que Él diseño para ti, siente tus emociones, escríbe las cosas que haras para alcanzarlos y ponte en acción. No dejes que la vida te trague.

La vida te fue dada para que la vivas y la mejor manera para vencer tus miedos es el amor. El perfecto amor echa fuera el temor.

En amor y liderazgo
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Pedro Sifontes