Ven Señor Jesús

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Salmo 103


HIMNO A LA BONDAD DE DIOS
La misericordia del Señor con sus fieles

Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
2 bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.
3 Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
4 rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura;
5 él colma tu vida de bienes,
y tu juventud se renueva como el águila.
6 El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
7 él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel.

Con el paso del tiempo conocemos muchas personas que nos acompañan en esos momentos difíciles; nos animan, están ahí siempre para decirnos alguna palabra, pero solo Dios puede sentir esa desesperación, esa tristeza, esa frustración y todo aquello que nuestra alma llega a sentir en esta vida, porque de El emana nuestra existencia, nuestra alma, y quien mejor que El para curarnos, para entendernos, para rescatarnos y darnos una vez más un aliento de vida, un sentido por que mirar al cielo y saber que El nos tiende su corazón para protegernos



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Un voto de confianza

Cuando vi el video de «Dios llama cuando quiere», recordé lo que le he pedido a Dios todos estos días, sin duda que me vino a responder y calmar todas esas dudas que tengo, pero que poco a poco que pasan los días me doy cuenta que se hace presente Dios en nuestras vidas

Aunque el video nos narra de una manera tan especial sobre la vocación, me puse a pensar por un momento, que todo lo que me está pasando, está en las manos de Dios, incluso, he de contarles que hace varios días, en una noche ya desesperado y abatido por la tristeza, por la soledad, las dudas, las preguntas y la frustración, le pedí de corazón a Dios, que tomara mi vida, que todo lo que hay en ella, absolutamente todo, lo tomara e hiciera con ello lo que el quisiera, que no sabía que mas hacer,

En eso que le daba a Dios, estaba el futuro profesional, personal, y emocional, que tanto había planeado, que tanto me había ilusionado, que cada día me llenaba de vida y me hacia ser fuerte, pero que de un momento a otro, no tenía nada, todo había cambiado y todo parecía perdido

Pero al escuchar, «Dios no le sabe quedar mal a nadie, Es Dios, y el no falla, tenle confianza»

Solo me queda decirles, que confíen en Dios, entreguen todo lo que los forma como ser humano, su presente y su futuro

El sabe la mejor manera de resolver nuestros problemas


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Exhortación a la confianza en el Señor

Isaías 41-8

8 Pero tú, Israel, mi servidor,
Jacob, a quien yo elegí,
descendencia de Abraham, mi amigo;
9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra
y llamé de las regiones más remotas,
yo te dije: «Tú eres mi servidor,
yo te elegí y no te rechacé».

10 No temas, porque yo estoy contigo,
no te inquietes, porque yo soy tu Dios;
yo te fortalezco y te ayudo,
yo te sostengo con mi mano victoriosa.

11 Sí, quedarán avergonzados y confundidos
los que se enfurecen contra ti;
serán como nada y desaparecerán
aquellos que te desafían.

12 Buscarás, pero no los encontrarás,
a aquellos que te provocan;
serán como nada, absolutamente nada,
los que te hacen la guerra.

13 Porque yo, el Señor, soy tu Dios,
el que te sostengo de la mano derecha
y te digo: «No temas,
yo vengo en tu ayuda».

14 Tú eres un gusano, Jacob,
eres una lombriz, Israel,
pero no temas, yo vengo en tu ayuda
–oráculo del Señor–
y tu redentor es el Santo de Israel.

15 Yo te convertiré en una trilladora,
afilada, nueva, de doble filo:
trillarás las montañas y las pulverizarás,
y dejarás las colinas como rastrojo.

16 Las aventarás y el viento se las llevará,
y las dispersará la tormenta;
y tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.


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Yo Soy, No teman

Jesús que manda a los vientos y le obedecen, viene al de poca fe y asustadizo, para darle valor e inspirarle total confianza

¡Animo¡ que soy Yo, no teman, dije a mis discípulos, atemorizados por verme en una madrugada ir hacia ellos sobre las aguas del mar. ¡Qué palabras tan consoladoras, que hoy también dirijo a ti desde la Eucaristía¡

Yo soy.. y conmigo y a mi lado, ¿Qué puedes temer? Quien me tiene a Mi posee el cielo, porque Yo Soy el Dios de Paz que desea ponerte a salvo, el Dios de los perdones, que te ama con un amor que no ha tenido principio, que antes de la aurora de los tiempos ya era, y que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva

Yo soy Jesús, oculto en la Eucaristía. Yo soy el que, obrando milagros de omnipotencia y poder, estoy aquí, deseando poseer toda tu persona. Escucha, pues, con los oídos de tu alma mi voz que te dice: No temas, arrójate a los mares de mirra sin vacilar, porque ahí estaré Yo sosteniéndote si tienes fe

Te amo, y por eso vengo a ti, que en vano lucharas con los vientos de tus pasiones si Yo no estoy a tu lado. Yo soy el que manda a los mares y sereno las tempestades, como sereno las tempestades de los corazones que vienen a buscarme, que me abren sus puertas, que son míos

No tiembles, no temas, que soy el amable Jesús. Ten fe, y llega sin temor en los brazos de mi Madre a ese altar desde donde mis ojos te buscan entre multitud. Ven, ven, que soy Yo, que Yo soy

Fragmento del libro: Yo soy – Meditaciones Eucarísticas en el Evangelio Concepción Cabrera de Armida


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La oración

La oración es amar a Dios, dándome cuenta de que le amo (Pablo VI). Amar conscientemente, vivencialmente. Es decir, la oración es algo vivo, vital, vida…

Una vida auténticamente cristiana es por eso impensable sin oración. La oración es la respiración del alma (San Agustín), que la oxigena, que le da la vida. Sin ella perecería como el cuerpo sin aire. No, la oración no es una práctica de tantas en la vida espiritual, que se puede o no cultivar como algo interesante pero sin especiales consecuencias, como si fuese un adorno sin más de la vida

La oración es vida. La vida cristiana es oración. Más que un ejercicio debe de ser una actitud

La oración nos permite encontrarnos con nosotros mismos, conocer con facilidad nuestros límites y miserias, nuestros deseos y posibilidades «La oración es adonde el Señor ilumina para conocer las verdades» (Fundaciones 10,13) Donde descubrimos no sólo las telarañas sino hasta un polvito que haya en la misma (Vida 20,28)

Por todo ello se comprende la necesidad de vivir la oración. Y que esa necesidad se padezca y se sienta como algo vital, como alimentarse, dormir, hacer deporte… algo que detecta el hombre de hoy como el de siempre, el hombre que busca instintivamente a Dios entre la niebla (Antonio Machado), porque no quiere asfixiarse en su finitud, e intenta encontrar a su inquietud una salida. Los hombres de hoy necesitan orar, porque necesitan a Dios que es la dimensión esencial y fundante de la existencia humana

Fragmento del libro Volver a lo Esencial. Baldomero Jiménez Duque


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Ser fieles en las cosas pequeñas

Seamos fieles en las cosas pequeñas, porque ahí estará nuestra fortaleza. Miremos el ejemplo de la lámpara que arde con el aporte de pequeñas gotitas de aceite, y sin embargo da mucha luz. Las gotitas de aceite de nuestras lámparas son las cosas pequeñas que realizamos diariamente: la fidelidad, la puntualidad, las palabras bondadosas, las sonrisas, nuestra actitud amorosa hacia los demás.
No hay nada que sea pequeño a los ojos de Dios, y Él mismo se tomó la molestia de hacerlas para enseñarnos cómo actuar. Por eso se transformaron en infinitas

Madre Teresa de Calcuta


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¿Que es el amor?

En una de las salas de un colegio había varios niños. Uno de ellos preguntó:- Maestra… ¿qué es el amor? La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado. Como ya estaban en hora de recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuelay trajesen lo que más despertase en ellos el sentimiento del amor.

 Los chicos salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:

– Quiero que cada uno muestre lo que trajo consigo.

 El primer alumno respondió:

– Yo traje esta flor, ¿no es linda?

 Cuando llegó su turno, el segundo alumno dijo:

– Yo traje esta mariposa. Vea el colorido de sus alas; la voy a colocar en mi

colección.

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