Al estar en Dios y con Dios, María está cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna. Nos ha sido dada como "madre" –así lo dijo el Señor–, a la que podemos dirigirnos en cada momento. Ella nos escucha siempre, siempre está cerca de nosotros; y, siendo Madre del Hijo, participa del poder del Hijo, de su bondad. Podemos poner siempre toda nuestra vida en manos de esta Madre, que siempre está cerca de cada uno de nosotros.
Archivo mensual: noviembre 2011
Correo de parte de Dios
Supongamos que recibimos el siguiente correo de parte de Dios:
“Hoy, yo, Dios, estaré manejando todos tus problemas. Si enfrentas una situación que no puedes manejar, no intentes resolverla. Colócala en la bandeja “Algo que sólo Dios puede hacer.” Me encargaré del asunto en mi tiempo, no en el tuyo. Una vez lo hagas, no te aferres más al problema, o pretendas retirarlo, pues tan sólo retrasarás la solución. Si crees que puedes solucionarlo, consúltalo conmigo. Asegúrate que tomarás la decisión adecuada.
Yo no duermo nunca. No hay razón que pierdas tu sueño a causa de las preocupaciones. Descansa en mí. Para contactarme, estoy a la distancia de una oración, de un diálogo, que eso es la oración. ¡Basta con que lo conversemos!
Autor: Juan Rafael Pacheco
No podemos perdernos en amarguras
No podemos perdernos en amarguras de pasados y miedos del futuro. La vida es un regalo de Dios continuo, y hay que vivirla en presente, disfrutarla. Pero esto es duro para quien se deja llevar por dos peligros o tentaciones, el remordimiento del pasado y el miedo por el futuro.
El pasado, con sus remordimientos de "hubieras debido actuar de manera distinta a como actuaste, hubieras debido decir otra cosa de lo que dijiste": en determinados momentos de la vida, el casado piensa si debería haber hecho otra elección o haber escogido otra persona… y así en todo; es el sentimiento de culpabilidad de "hubiera debido"; pero aún peor que nuestras culpas son nuestras preocupaciones por el futuro, esos miedos que llenan nuestra vida de "¿qué pasaría si?""¿y si perdiera mi trabajo?, ¿y si mi padre muriera?, ¿y si faltara dinero? ¿y si la economía se hundiera? ¿y si estallara una guerra?"
Son los "si" que junto con los "hubiera debido" perturban nuestra vida, como decía Henri J. M. Nouwen: "ellos son los que nos tienen atados a un pasado inalterable y hacen que un futuro impredecible nos arrastre.
Pero la vida real tiene lugar aquí y ahora
Autor: Llucià Pou Sabaté
Dios es nuestro protector
Dios es nuestro protector y él es el Señor de la historia, pero eso no significa que nosotros podamos ir por el mundo de forma despreocupada, cometiendo graves errores, como si hiciéramos lo que hiciéramos todo fuera a salir bien debido a que tenemos un Padre que endereza lo que nosotros torcemos.
Si bien Dios es Todopoderoso y actúa en la historia, también nosotros debemos ser responsables de nuestras actuaciones. Para no temer, además de confiar en Dios, debemos evitar aquellas cosas que, de producirse, nos llenarían de miedo. Esa es la prudencia cristiana. No se trata de no hacer nada, sino de medir bien nuestras fuerzas y, sobre todo, de no hacer el mal, para que éste no nos pase luego las facturas que hemos dejado impagadas.
Y, si el mal se ha hecho, lo primero para recuperar la esperanza es el arrepentimiento, seguido de la confesión, y lo segundo poner los medios para que no se vuelva a producir. Sólo si salimos del pecado y vivimos en el amor, estaremos en paz y sin miedo.
Autor: Santiago Marín
Emancipation
Los pobres a quienes damos limosna
El Rosario es una oración
El Rosario es una oración de intercesión tan poderosa, que cuando se reza con fe, creyendo en María y en Jesús, podemos obtener la conversión de un alma, de nuestra propia alma, y las gracias que necesita esa alma para llegar al Cielo, que es la única razón por la que estamos en esta tierra.
Pidamos hoy a Dios Nuestro Señor, a través de María Santísima, que nos ayude a ver en nuestra vida sus designios divinos para alcanzar el Cielo, a ejemplo de María.
Fuente: Catholic.net
Hermana Glenda —
“Seréis alimentados,
Hogar y Familia
Deberíamos plantearnos interrogantes como éste: ¿Conozco a los pobres? ¿Conozco, en primer lugar, a los pobres de mi familia, de mi hogar, a los que viven más cerca de mí: personas que son pobres, pero acaso no por falta de pan? Existen otras formas de pobreza, precisamente más dolorosa en cuanto más íntima. Acaso mi esposa o mi marido carezcan, o carezcan mis hijos, mis padres, no de ropa ni de alimento. Es posible que carezcan de cariño, porque yo se lo niego. ¿Dónde empieza el amor? En nuestros propios hogares. ¿Cuándo empieza? Cuando oramos juntos. La familia que reza unida permanece unida.Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para que la felicidad llene el corazón del que amamos.
Madre Teresa de Calcuta