Ven Señor Jesús

Blog


Deja un comentario

El abandono total

El abandono total es dejarle actuar con total libertad. Entonces, a pesar de los momentos difíciles y dolorosos que sucedan, una paz inmensa brillará en el fondo del alma y Dios nos hará gustar la felicidad incomparable de su amor. Quizás pasemos por momentos de oscuridad, por momentos de incertidumbre, pero eso es necesario para despegarnos de todas las criaturas y cosas materiales para que el abandono sea completo y lo único que cuente para nosotros sea Dios, sólo Él. Y nada más que Él

P. ÁNGEL PEÑA


Deja un comentario

Orar es…

La oración es buscar a Dios, es ponernos en contacto con Dios, es encontrarnos con Dios, es acercarnos a Dios.
Orar es llamar y responder. Es llamar a Dios y es responder a sus invitaciones. Es un diálogo de amor.
Santa Teresa dijo en una ocasión: «Orar es hablar de amor con alguien que nos ama».

La oración no la hacemos nosotros solos, es el mismo Dios (sin que nos demos cuenta) el que nos transforma, nos cambia. Podemos preguntarnos, ¿cómo? Aclarando nuestro entendimiento, inclinando el corazón a comprender y a gustar las cosas de Dios.

La oración es dialogar con Dios, hablar con Él con la misma naturalidad y sencillez con la que hablamos con un amigo de absoluta confianza.

Orar es ponerse en la presencia de Dios que nos invita a conversar con Él gratuitamente, porque nos quiere. Dios nos invita a todos a orar, a platicar con Él de lo que más nos interesa.

La oración no necesita de muchas palabras, Dios sabe lo que necesitamos antes de que se lo digamos. Por eso, en nuestra relación con Dios basta decirle lo que sentimos.

Se trata de «hablar con Dios» y no de «hablar de Dios» ni de «pensar en Dios». Se necesita hablar con Dios para que nuestra oración tenga sentido y no se convierta en un simple ejercicio de reflexión personal.

Cuanto más profunda es la oración, se siente a Dios más próximo, presente y vivo. Cuando hemos «estado» con Dios, cuando lo hemos experimentado, Él se convierte en «Alguien» por quien y con quien superar las dificultades. Se aceptan con alegría los sacrificios y nace el amor. Cuanto más «se vive» a Dios, más ganas se tienen de estar con Él. Se abre el corazón del hombre para recibir el amor de Dios, poniendo suavidad donde había violencia, poniendo amor y generosidad donde había egoísmo. Dios va cambiando al hombre.

Quien tiene el hábito de orar, en su vida ve la acción de Dios en los momentos de más importancia, en las horas difíciles, en la tentación, etc.

En cambio, si no oramos con frecuencia, vamos dejando morir a Dios en nuestro corazón y vendrán otras cosas a ocupar el lugar que a Dios le corresponde. Nuestro corazón se puede llenar con:

el egoísmo que nos lleve a pensar sólo en nosotros mismos sin ser capaces de ver las necesidades de los que nos rodean,
el apego a las cosas materiales convirtiéndonos en esclavos de las cosas en lugar de que las cosas nos sirvan a nosotros para vivir,
el deseo desordenado hacia los placeres, apegándonos a ellos como si fueran lo más importante.
el poder que utilizamos para hacer nuestra voluntad sobre las demás personas.

Autor: Tere Fernández del Castillo


Deja un comentario

Amor verdadero

Un hombre de edad avanzada vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano.
Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.

Entonces le pregunté extrañado:
Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: «Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella».
Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé:
«El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es»


Texto proporcionado por Ernesto Sanjuán


Deja un comentario

Romanos 12

Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndonos al bien;
amándonos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros;
con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor;
con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración;
compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis.
Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran.
Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría.


Deja un comentario

La promesa del Espíritu Santo

Autor: P. José Rodrigo Escorza |

Juan 16, 5-11. Pascua. Él está con nosotros siempre, aunque no lo veamos físicamente.  

Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: «¿Dónde vas?» Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado.

Reflexión

Siempre las horas más tristes tienen que ser las de la despedida, no de aquellas en las que se dice sencillamente «hasta luego», sino las que comprenden en su totalidad el significado del «adiós». En esos momentos nos asaltan las lágrimas de los ojos y no sabemos qué decir. La tristeza nos invade, y todo queda cubierto por la niebla.

Así era como se sentían los discípulos en las horas del adiós al Maestro. Para ellos parecía el adiós definitivo, mientras que para Él sólo era un hasta pronto. Además sabe que la tristeza de los discípulos se volverá en alegría, cuando Él regrese. También nos promete un Consolador, aquél que nos ayudará a entender lo que nuestra pobre inteligencia no alcanza en esta vida.

Por eso no desesperemos en la tristeza de ver que Cristo no está entre nosotros. Él está, aunque no físicamente, pero sí espiritualmente. Él vendrá en el tiempo señalado, y quiere encontrarnos en vela para entrar con Él en su Reino.

Pidamos a Dios que nos dé la gracia de vivir siempre esperando a Cristo, no con cara llena de tristeza, sino con rostros de resucitados.

 


Autor: P. José Rodrigo Escorza |

 


 


Deja un comentario

Proverbios 4

14 No entres en la senda de los malvados ni avances por el camino de los malos.
25 Que tus ojos miren de frente y tu mirada vaya derecho hacia adelante.
26 Fíjate bien dónde pones los pies y que sean firmes todos tus caminos.
27 No te desvíes ni a derecha ni a izquierda, aparta tus pies lejos del mal.